Cuando el bicarbonato de sodio se disuelve en agua, se forma una solución básica o alcalina. Esta solución se puede utilizar para diversos fines, incluidos limpiar, desodorizar y hornear. Con el tiempo, la solución de bicarbonato de sodio puede perder ligeramente su potencia debido a la evaporación del agua, pero no "se estropea" en el sentido de volverse insegura o inutilizable.