Síntomas inmediatos:
• Dolor intenso y sensación de ardor: Las soluciones alcalinas pueden provocar un dolor intenso e inmediato. El dolor puede ser insoportable y continuar durante horas o incluso días.
• Lagrimeo y lagrimeo del ojo: El ojo producirá lágrimas por reflejo para eliminar la sustancia nociva. El lagrimeo excesivo es un mecanismo de defensa natural para intentar diluir y eliminar el álcali.
• Visión borrosa: La solución alcalina puede dañar la superficie corneal, que es responsable de enfocar la luz en la retina. Esto puede provocar una visión borrosa o distorsionada.
• Enrojecimiento e inflamación: Los tejidos del ojo se inflaman y enrojecen como reacción a la lesión química.
Consecuencias a largo plazo:
• Daño corneal: Las soluciones alcalinas pueden causar daños importantes a la córnea, incluidas abrasiones, cicatrices y opacidad. Las cicatrices corneales pueden afectar permanentemente la visión.
• Daño conjuntival: La conjuntiva, la fina membrana que cubre la parte blanca del ojo, también puede verse afectada por sustancias alcalinas, provocando inflamación y cicatrices.
• Uveítis: En casos graves, la inflamación puede extenderse a las estructuras más profundas del ojo, incluidos el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Esta condición se conoce como uveítis y puede provocar complicaciones graves.
• Ceguera: Los casos graves o no tratados de lesiones oculares alcalinas pueden provocar una pérdida permanente de la visión o incluso ceguera.
Es esencial buscar atención médica de inmediato si una solución alcalina entra en contacto con el ojo. Un enjuague rápido con agua y un tratamiento médico adecuado pueden ayudar a minimizar el daño y mejorar las posibilidades de preservar la visión. Nunca intentes neutralizar la solución alcalina con sustancias ácidas, ya que esto puede causar daños mayores. Sólo profesionales médicos capacitados deben manejar lesiones oculares alcalinas.