La reactividad de los metales con otros metales depende de varios factores, incluida la electronegatividad de los metales, sus radios atómicos y sus estructuras cristalinas. La electronegatividad es una medida de la capacidad de un átomo para atraer electrones. Los metales con alta electronegatividad, como el oro y la plata, son menos reactivos que los metales con baja electronegatividad, como el sodio y el potasio. El radio atómico es una medida del tamaño de un átomo. Los metales con radios atómicos grandes, como el cesio y el rubidio, son más reactivos que los metales con radios atómicos pequeños, como el berilio y el magnesio. La estructura cristalina es la disposición de los átomos en un sólido. Los metales con estructuras cristalinas compactas, como la cúbica centrada en las caras (fcc) y la hexagonal compacta (hcp), son más reactivos que los metales con estructuras cristalinas empaquetadas abiertas, como la cúbica centrada en el cuerpo (bcc).