La reacción química que tiene lugar entre el bicarbonato de sodio y el ácido clorhídrico se puede representar de la siguiente manera:
NaHCO3 (bicarbonato de sodio) + HCl (ácido clorhídrico) → NaCl (cloruro de sodio) + H2O (agua) + CO2 (dióxido de carbono)
Como resultado de esta reacción, el ácido clorhídrico se neutraliza convirtiéndolo en cloruro de sodio (sal de mesa) y agua. Además, la reacción produce dióxido de carbono, que puede hacer que la persona eructe, liberando aún más el exceso de gas del estómago y aliviando síntomas como hinchazón y flatulencia.
Al neutralizar el ácido del estómago y reducir la acidez, el bicarbonato de sodio ayuda a aliviar los síntomas de indigestión, acidez de estómago y reflujo ácido. Se considera un antiácido suave y se usa comúnmente para el alivio a corto plazo de la acidez estomacal ocasional y el malestar estomacal. Sin embargo, no se recomienda su uso a largo plazo ni para el tratamiento de casos más graves de problemas gastrointestinales. Si los síntomas persisten o empeoran, es importante consultar a un profesional de la salud para un diagnóstico y tratamiento adecuados.