Como resultado de actividades humanas como la producción y transporte de gas natural, la ganadería y los vertederos, las concentraciones de metano en la atmósfera han aumentado de manera constante desde la época preindustrial. Este aumento ha contribuido al aumento general de las temperaturas promedio globales y los impactos asociados del cambio climático, incluido el aumento del nivel del mar, eventos climáticos más extremos y cambios en la distribución de especies de plantas y animales.
Para mitigar los efectos del metano en el calentamiento global, es importante reducir las emisiones de metano provenientes de actividades humanas. Esto se puede lograr mejorando la gestión de los sistemas de gas natural, reduciendo las emisiones del ganado y promoviendo el uso de fuentes de energía renovables.