El cloro residual se refiere a la cantidad de cloro que queda en el agua después de haberla agregado con fines de desinfección. Es un parámetro esencial para controlar la eficacia de la cloración y garantizar la seguridad del suministro de agua. El nivel ideal de cloro residual varía según la calidad del agua y las regulaciones específicas, pero generalmente se mantiene entre 0,2 y 4 miligramos por litro (mg/L) en la mayoría de los sistemas de agua municipales.
La concentración de cloro libre es una medida de la forma activa de cloro disponible para la desinfección. Incluye ácido hipocloroso (HOCl) y ion hipoclorito (OCl-), que son los principales agentes desinfectantes del agua clorada. La eficacia del cloro para inactivar microorganismos depende de mantener una concentración adecuada de cloro libre en todo el sistema de distribución de agua.
Es importante tener en cuenta que la transmisión de luz del cloro no es una medida estándar ni un término utilizado en el análisis de la calidad del agua. La transmisión de luz a través del agua generalmente se mide para evaluar la turbidez, que se refiere a la turbiedad o neblina causada por partículas suspendidas en el agua. Sin embargo, el cloro no afecta directamente las propiedades de transmisión de luz del agua.