Por ejemplo, cuando el cloro gaseoso (Cl2) reacciona con el sodio metálico (Na), los átomos de cloro ganan electrones de los átomos de sodio. Esto hace que los átomos de cloro se carguen negativamente y adopten un número de oxidación de -1. Los átomos de sodio, por otro lado, pierden electrones y quedan cargados positivamente, adquiriendo un número de oxidación de +1.
El número de oxidación de un elemento se puede determinar observando la cantidad de electrones que ha ganado o perdido en una reacción. Si un elemento ha ganado electrones, tendrá un número de oxidación negativo. Si un elemento ha perdido electrones, tendrá un número de oxidación positivo.