Hay algunas excepciones a esta regla, como en los peróxidos y superóxidos, donde el oxígeno tiene un estado de oxidación de -1 y -1/2, respectivamente.
En el O2, cada átomo de oxígeno tiene un estado de oxidación de 0. Esto se debe a que los dos átomos de oxígeno están unidos entre sí y por lo tanto no tienen ninguna carga neta.