La acidez del café se debe principalmente a la presencia de compuestos como los ácidos clorogénicos, los ácidos quínicos y la cafeína. Estos compuestos contribuyen al sabor y amargor característicos del café. El pH del café preparado suele estar entre 4,85 y 5,10.
Por otro lado, los refrescos contienen varios ácidos, como ácido fosfórico, ácido carbónico y ácido cítrico, para impartir un sabor agrio y refrescante. El pH de los refrescos suele oscilar entre 2,5 y 4,0, lo que indica un mayor nivel de acidez en comparación con el café.
Sin embargo, vale la pena señalar que ciertos factores pueden influir en los niveles de acidez del café y los refrescos. Por ejemplo, el tipo de granos de café, los métodos de tostado, las técnicas de preparación y la adición de leche, azúcar u otros ingredientes pueden afectar la acidez general del café. De manera similar, el tipo específico de refresco, la presencia de saborizantes, edulcorantes o niveles de carbonatación pueden afectar la acidez del refresco.
En conclusión, si bien el café tiende a ser más ácido que los refrescos en promedio, los niveles reales de acidez pueden variar según los productos y métodos de preparación específicos.