Los enlaces iónicos se forman cuando hay una transferencia completa de electrones de un átomo a otro, dando como resultado la formación de iones con carga positiva y negativa. El dióxido de carbono (CO2) es una molécula covalente, lo que significa que los átomos comparten electrones en lugar de transferirlos por completo. Los enlaces covalentes suelen formarse entre átomos con electronegatividades similares, como es el caso del carbono y el oxígeno en el CO2.