La formación de óxidos de titanio depende de la temperatura, la concentración de oxígeno y otros factores. A temperatura ambiente, el titanio reacciona lentamente con el oxígeno para formar una fina capa de óxido en su superficie. Esta capa de óxido protege el metal de una mayor oxidación. Sin embargo, a temperaturas más altas, el titanio reacciona más rápidamente con el oxígeno, formando capas de óxido más gruesas o incluso óxidos de titanio en masa.
Los óxidos de titanio son materiales importantes con diversas aplicaciones. El dióxido de titanio, en particular, se utiliza ampliamente como pigmento blanco en pinturas, plásticos, papel y otros productos. También se utiliza como ingrediente de protección solar, catalizador en reacciones químicas y componente en cerámica. Otros óxidos de titanio tienen aplicaciones en las industrias aeroespacial, automotriz y biomédica.
En general, la reacción entre el titanio y el oxígeno conduce a la formación de óxidos de titanio, que tienen importantes aplicaciones prácticas debido a sus propiedades únicas.