En la producción de acero, el óxido de hierro se utiliza como agente oxidante para eliminar las impurezas del hierro fundido. Durante este proceso, el oxígeno se combina con las impurezas para formar escoria, que luego se elimina del metal fundido. Una vez eliminadas las impurezas, el metal se puede enfriar y laminar para formar láminas de acero u otros productos.
El óxido de hierro también se utiliza para dar color a la pintura. Los pigmentos elaborados a partir de óxido de hierro vienen en una variedad de colores, incluidos rojo, amarillo, marrón y negro. Estos pigmentos se obtienen calentando polvo de óxido de hierro a altas temperaturas con otros productos químicos. Controlando cuidadosamente la temperatura y las condiciones de reacción, se pueden conseguir diferentes colores. Luego, estos pigmentos se utilizan para agregar color a pinturas, revestimientos, cerámicas y otros productos.