Los cristales iónicos suelen ser rígidos y quebradizos debido a las fuertes fuerzas electrostáticas entre los iones con cargas opuestas. Estas fuerzas mantienen los iones en posiciones fijas, evitando que se doblen o deformen.
Por el contrario, los compuestos covalentes, que se mantienen unidos mediante enlaces covalentes, a menudo pueden doblarse o flexionarse porque los enlaces covalentes permiten cierto grado de movimiento y flexibilidad entre los átomos.