En un compuesto iónico, el átomo metálico pierde uno o más electrones frente al átomo no metálico. Esto crea iones metálicos cargados positivamente e iones no metálicos cargados negativamente. Luego, los iones se atraen entre sí y forman una red cristalina.
En el caso del sodio y el azufre, el sodio perderá un electrón ante el azufre. Esto creará un ion sodio (Na+) y un ion sulfuro (S2-). Los iones de sodio y sulfuro se atraerán entre sí y formarán una red cristalina.
El compuesto formado por sodio y azufre se llama sulfuro de sodio. El sulfuro de sodio es un compuesto iónico que se utiliza en diversas aplicaciones, como la producción de vidrio, papel y jabón.