La sublimación es un cambio de estado de sólido directamente a gas. Esto significa que el sólido no se funde primero y se convierte en líquido, sino que directamente se transforma en gas. Esto puede suceder cuando la temperatura y la presión del sólido son lo suficientemente altas o cuando el sólido está expuesto a un ambiente de baja presión. Por ejemplo, el hielo seco (dióxido de carbono sólido) se sublima a presión atmosférica cuando la temperatura es superior a -78,5 °C.