Por ejemplo, en la molécula de gas hidrógeno (H2), los dos átomos de hidrógeno están unidos mediante un enlace covalente. Cada átomo de hidrógeno comparte uno de sus electrones con el otro átomo de hidrógeno, lo que da como resultado una molécula estable. De manera similar, en la molécula de agua (H2O), los dos átomos de hidrógeno están unidos al átomo de oxígeno mediante enlaces covalentes. Cada átomo de hidrógeno comparte uno de sus electrones con el átomo de oxígeno, y el átomo de oxígeno comparte dos de sus electrones con los átomos de hidrógeno.