Solubilidad:El amoníaco tiene una alta solubilidad en agua. A temperatura y presión ambiente, aproximadamente 700 volúmenes de gas amoníaco se pueden disolver en un volumen de agua. Al recolectar amoníaco sobre el agua, el gas queda efectivamente atrapado y se evita que escape a la atmósfera.
Inercia:El agua es una sustancia inerte y no reacciona con el amoníaco. Esto significa que el gas amoniaco recogido no se contaminará con ningún producto de reacción no deseado.
Conveniencia:El agua está fácilmente disponible y es económica, lo que la convierte en un medio conveniente para recolectar amoníaco. En comparación con otros líquidos o disolventes, el agua ofrece una opción práctica y accesible para la recogida de gas amoniaco.
Densidad:El agua tiene una densidad mayor que el gas amoníaco. Esta propiedad permite que el agua forme una barrera en el fondo del recipiente colector, evitando que el gas amoniaco escape por difusión.
Seguridad:a diferencia de otros solventes que pueden ser inflamables o tóxicos, el agua no es inflamable y presenta riesgos mínimos de seguridad al manipular gas amoníaco.
Demostración:La recolección de amoníaco sobre agua puede servir como una demostración simple de la solubilidad del gas y la capacidad de atrapar gases usando un medio líquido apropiado.