La carbonatación se refiere al dióxido de carbono disuelto en un líquido, y la velocidad a la que el dióxido de carbono se disuelve o es soluble depende de la temperatura. Cuando se eleva la temperatura, disminuye la velocidad de disolución en el líquido y viceversa cuando se baja la temperatura. Este principio básico explica cómo las temperaturas afectan la carbonatación.
Gustos y almacenamiento de bebidas
El sabor de las bebidas carbonatadas depende de la temperatura a la que se almacenan. Esto puede explicarse por el hecho de que la temperatura debe reducirse para estabilizar el contenido de dióxido de carbono. Las condiciones resultantes reducirán el pH a entre 3.2 y 3.7, dando a la bebida un sabor agrio que describe el sabor típico de los refrescos. Esta es la razón por la cual las bebidas carbonatadas deben consumirse cuando están frías.
Proceso de carbonatación
El proceso de carbonatación se basa en el principio de que la alta presión y la baja temperatura maximizan la absorción de gas. El proceso comienza una vez que el dióxido de carbono se pone en contacto con el líquido. El gas se disuelve en el líquido hasta que la presión se vuelve igual a la presión que empuja el líquido hacia abajo para detener el proceso. Como resultado, la temperatura debe reducirse a aproximadamente 36 a 41 grados Fahrenheit para continuar el proceso.
Burbujeo o efervescencia
Cuando una bebida carbonatada se abre o se vierte en un vaso abierto, burbujea o burbujea para indicar que el dióxido de carbono se está evaporando o disipando lentamente. Una vez que se reduce la presión, se libera dióxido de carbono de la solución en forma de pequeñas burbujas, lo que hace que la bebida haga espuma o efervescencia independientemente de la temperatura. Cuando la bebida carbonatada es más fría, el dióxido de carbono disuelto es más soluble y emite más gas cuando se abre.
Pérdida de carbonatación
Las bebidas carbonatadas tienden a perder su efervescencia a temperaturas más altas debido a la pérdida de dióxido de carbono en los líquidos. aumenta a medida que aumenta la temperatura. Esto puede explicarse por el hecho de que cuando los líquidos carbonatados están expuestos a altas temperaturas, la solubilidad de los gases en ellos disminuye. En consecuencia, el gas que no se ha disuelto puede perderse fácilmente.