1. Botellas de plástico selladas: Si se almacena en un lugar fresco y oscuro, el agua embotellada en recipientes de plástico sellados puede tener una vida útil prolongada. El plástico actúa como barrera contra bacterias y contaminantes. La mayoría de los fabricantes indican una fecha de consumo preferente, que puede oscilar entre un año y varios años.
2. Condiciones de almacenamiento: La exposición al calor, la luz solar o los cambios extremos de temperatura pueden afectar el sabor y la calidad del agua embotellada. Lo mejor es almacenar el agua embotellada en un lugar fresco y seco, lejos de la luz solar directa o de fuentes de calor.
3. Degradación del sabor: Con el tiempo, el sabor del agua embotellada puede cambiar debido a la liberación de sustancias químicas de la botella de plástico. Las botellas sin BPA generalmente tienen una vida útil más larga y es menos probable que filtren productos químicos al agua.
4. Fechas de vencimiento: Si bien en muchos países las fechas de vencimiento no son obligatorias por ley para el agua embotellada, algunos fabricantes las incluyen como guía. Estas fechas se basan en el sabor y la calidad, no en cuestiones de seguridad.
Es importante tener en cuenta que si el sello de un recipiente de agua embotellada está comprometido o si la botella está visiblemente dañada, lo mejor es desecharla y no consumir el agua que contiene. Además, si notas un cambio en el sabor, color u olor del agua embotellada, es recomendable desecharla.
En general, si bien el agua embotellada no suele presentar riesgos para la seguridad, tiene una vida útil limitada y es mejor seguir las pautas de almacenamiento y prestar atención a cualquier indicio de degradación de la calidad.