El enfriamiento requiere energía, y lograr el enfriamiento sin una fuente de energía externa implicaría emplear propiedades materiales específicas, transiciones de fase o reacciones químicas. Estos enfoques presentan desafíos, como alta complejidad, alto costo, posibles problemas de toxicidad y aplicaciones prácticas limitadas.
Actualmente, la mayoría de los métodos de refrigeración dependen de fuentes de energía externas y de tecnologías establecidas de refrigeración o intercambio de calor. Hasta que se produzca un avance tecnológico revolucionario, el concepto de botellas de refresco autoenfriables sigue siendo en gran medida teórico y especulativo.