(Al estilo de un poema romántico)
En las profundidades de los reinos donde juegan las proteínas,
Una maravillosa historia sobre el dominio de la fibrina,
Déjame regalarte, en versos tan grandiosos,
La belleza de una hebra de fibrina.
Polímero de distinción raro,
Con hebras que se entrelazan y comparten,
Una estructura parecida a una red, fuerte y densa,
Una barrera contra la expansión de la sangre.
Como hilos de vida, se tejen suavemente,
Un tapiz de curación para lograr,
Heridas y lágrimas que se curan,
En armonía con la tendencia de la naturaleza.
Su intrincada danza, un espectáculo contemplar,
Cada paso orquestado y controlado con precisión,
Un ballet de moléculas, en tiempo perfecto,
Para orquestar el ascenso curativo del cuerpo.
Oh, maravilla del cuerpo humano,
El papel de la fibrina en el gran juego de la naturaleza.
Un filamento que teje su hechizo,
Sosteniendo la vida, protegiendo nuestra salud.
Así que alabemos esta noble cadena,
La fibrina, la guardiana del dominio de la sangre,
En química clínica, su papel es profundo,
Una molécula heroica, siempre reconocida.