Los carboxisomas son capas de proteínas poliédricas que encapsulan enzimas que fijan el dióxido de carbono en compuestos orgánicos. Este proceso, conocido como fijación de carbono, es esencial para la producción de alimentos, oxígeno y otras moléculas orgánicas que sustentan la vida en la Tierra.
El equipo de investigación descubrió que los carboxisomas se ensamblan a partir de una única proteína, llamada CcmA, que se autoensambla formando una esfera hueca. Luego, la proteína CcmA recluta otras proteínas, llamadas Rubisco y anhidrasa carbónica, en el carboxisoma. Rubisco es la enzima que fija el dióxido de carbono, mientras que la anhidrasa carbónica ayuda a convertir el dióxido de carbono en bicarbonato, que puede ser utilizado por Rubisco.
El descubrimiento de la estructura del carboxisoma proporciona nuevos conocimientos sobre cómo las bacterias construyen esta maquinaria esencial para la fijación de carbono. Esta información podría conducir al desarrollo de nuevos métodos para mejorar la eficiencia de la fotosíntesis y la fijación de carbono, lo que podría tener un impacto importante en la producción de alimentos y el cambio climático.
Los hallazgos del equipo de investigación fueron publicados en la revista Nature.