La psilocina actúa uniéndose al receptor de serotonina 2A (5-HT2A), que es un tipo de receptor acoplado a proteína G (GPCR). Los GPCR son una gran familia de receptores que se encuentran en la superficie de las células. Cuando un ligando (como la psilocina) se une a un GPCR, provoca un cambio conformacional en el receptor, que a su vez activa una proteína G. Las proteínas G son proteínas intracelulares que luego pueden activar una variedad de vías de señalización posteriores.
En el caso de la psilocina, la activación del receptor 5-HT2A provoca un aumento de la liberación de serotonina en el cerebro. Se cree que este aumento de la liberación de serotonina es responsable de los efectos alucinógenos de la psilocina.
Además de la serotonina, la psilocina también se une a otros receptores del cerebro, incluido el receptor de dopamina 2 (D2) y el receptor muscarínico de acetilcolina (mAChR). Estas interacciones también pueden contribuir a los efectos alucinógenos de la psilocina.
La psilocibina, el profármaco de la psilocina, está inactiva hasta que la enzima fosfatasa alcalina la convierte en psilocina. La fosfatasa alcalina se encuentra en el hígado y el cerebro. Se cree que la conversión de psilocibina en psilocina ocurre en el cerebro, y esto puede explicar por qué la psilocibina es más alucinógena que la psilocina.
Los efectos de la psilocibina varían según la dosis, el individuo y el entorno en el que se toma. Dosis bajas de psilocibina pueden producir cambios leves en la percepción, como ver objetos con colores más brillantes o tener una sensación de euforia. Las dosis más altas pueden producir alucinaciones más intensas, como ver patrones u objetos que no existen, tener experiencias religiosas o espirituales y sentir una sensación de conexión con el universo.
La psilocibina también puede tener efectos terapéuticos y se está estudiando como tratamiento potencial para una variedad de afecciones de salud mental, incluidas la depresión, la ansiedad y la adicción. La terapia con psilocibina es una forma de psicoterapia asistida por psicodélicos que implica tomar psilocibina bajo la supervisión de un terapeuta capacitado. Se ha demostrado que la terapia con psilocibina es eficaz para reducir los síntomas de depresión y ansiedad, y también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo y el bienestar.
La psilocibina es una sustancia poderosa con potencial para uso tanto terapéutico como recreativo. Es importante utilizar la psilocibina de forma responsable y tomar precauciones para minimizar los riesgos de efectos adversos.