Bioacumulación y Biotransformación:Algunas bacterias y hongos pueden acumular y transformar el mercurio en formas menos tóxicas. Por ejemplo, ciertas bacterias pueden convertir el mercurio inorgánico (Hg2+) en formas orgánicas como el metilmercurio (MeHg). Si bien el MeHg sigue siendo tóxico, es menos biodisponible y los organismos lo absorben menos fácilmente en comparación con el mercurio inorgánico. Este proceso de biotransformación puede ayudar a reducir la cantidad de mercurio disponible para ser absorbido por plantas y animales.
Biosorción:la biosorción microbiana implica la unión de iones metálicos, incluido el mercurio, a la superficie de las células microbianas. Las paredes celulares y las sustancias extracelulares de ciertas bacterias y hongos proporcionan sitios de unión para los iones de mercurio, inmovilizándolos e impidiendo su absorción por los organismos. Este proceso puede ser particularmente eficaz para eliminar el mercurio del agua y el suelo contaminados.
Biomineralización:los microbios pueden inducir la formación de precipitados minerales que atrapan e inmovilizan el mercurio. A través de procesos como la reducción microbiana de sulfato, ciertas bacterias crean condiciones que conducen a la precipitación de minerales de sulfuro de mercurio (HgS). Estos minerales son altamente insolubles y secuestran eficazmente el mercurio en una forma que no está fácilmente disponible para su absorción.
Desintoxicación microbiana:algunas bacterias y hongos producen enzimas que pueden desintoxicar el mercurio catalizando reacciones químicas que lo transforman en compuestos menos tóxicos. Estas enzimas, como merA y merB, pueden reducir los iones de mercurio a mercurio elemental (Hg0), que es menos soluble y menos tóxico que otras formas de mercurio.
Interacciones entre plantas y microbios:Los microbios pueden interactuar con las plantas de maneras que mejoran la capacidad de la planta para tolerar o acumular mercurio. Por ejemplo, ciertas bacterias y hongos pueden colonizar las raíces de las plantas y promover la producción de fitoquelatinas, compuestos que se unen al mercurio y reducen su toxicidad dentro de la planta. Esto puede ayudar a limitar la absorción y translocación de mercurio dentro de los tejidos vegetales.
El uso de microbios para mitigar la absorción de mercurio y sus efectos adversos es un área de investigación prometedora y tiene un gran potencial para la remediación de ambientes contaminados con mercurio y la protección de los ecosistemas y la salud humana.