Cuando calienta acero, es importante entender cómo las diferentes temperaturas afectan el color y la química del acero. Trabajar con acero y modificar su color implica instalar una fuente de calor suficiente, calentar el acero al color deseado y luego templarlo y templarlo. A altas temperaturas, el acero adquiere colores que van desde el rojo apagado hasta el amarillo brillante, mientras que a bajas temperaturas cambia a colores como el marrón, violeta, azul y gris.
Prepare una fuente de calor adecuada, como un carbón fuego, una forja de propano, una antorcha, un baño de sal de alta temperatura o un horno eléctrico. Idealmente, la fuente de calor proporcionará un calor uniforme, se controlará fácilmente y proporcionará un medio no oxidante.
Caliente el acero a temperaturas de 400 a 800 grados Fahrenheit, para producir colores de oxidación. A 480 grados F., el acero se vuelve marrón, a 520 grados, se vuelve púrpura, a 575 grados, se vuelve azul y en 800 grados, se vuelve gris. Estas temperaturas se usan comúnmente en el acero para herramientas de temple.
Caliente el acero por encima de 800 grados para producir colores incandescentes. De 1000 a 1500 grados, el acero se volverá de un tono rojo cada vez más brillante. A la temperatura eutectoide crítica de 1335 grados, el acero se recristaliza en austenita y eventualmente pierde su carga magnética. De 1600 a 1900 grados, el acero se volverá naranja y luego amarillo. A 2000 grados, el acero será amarillo brillante.
Retire el acero de la fuente de calor y cuélelo verticalmente en aceite. Una vez que el acero esté lo suficientemente frío como para manipularlo, atempere lo antes posible.
Consejo
Las temperaturas exactas difieren levemente según el tipo específico de acero que se utilice.
Advertencia
Los incendios a altas temperaturas y el metal al rojo vivo son peligrosos. Si no tiene experiencia, haga que un herrero profesional haga esto.