La solubilidad describe la cantidad de una sustancia que se puede disolver en otra sustancia. Esta medición puede variar desde casi completamente insoluble en cualquier condición, como el aceite y el agua, hasta casi infinitamente soluble, como el etanol y el agua. El proceso de disolución no debe confundirse con una reacción química.
Partes de soluciones
Para expresar correctamente las unidades de solubilidad, es necesario comprender la terminología utilizada para describir una solución. Una solución está hecha de dos partes: el soluto y el solvente. El soluto es la sustancia que se disuelve, mientras que el solvente es la sustancia que está disolviendo. El estado de la materia del solvente determina el estado de la materia de la solución. Hay varias unidades en las que la solubilidad se puede expresar usando unidades de solvente. Cuando el agua es el disolvente, la solubilidad puede expresarse en volumen relativo, comúnmente como gramos de soluto por 100 gramos de disolvente. Si el agua es el disolvente, por ejemplo, esto se expresa como gramos de soluto por 100 gramos de agua. Si el soluto es un gas, la solubilidad puede expresarse en gramos de soluto gaseoso por kilogramo (o, alternativamente, un litro) de agua. Esta expresión de solubilidad considera la masa del disolvente antes de agregar el soluto. Cuando expresa la solubilidad con unidades de solución, es decir, después de que el soluto tiene Ya se ha agregado al solvente; es importante tener en cuenta que el peso de la solución cambiará a medida que se agregue el soluto. Las unidades de solubilidad que incorporan unidades de solución incluyen gramos de soluto por 100 gramos de solución o gramos de soluto por litro de solución. Otra forma de expresar la solubilidad es en moles de soluto por litro de solución; esta relación se llama "molaridad". Consideraciones especiales Es importante tener en cuenta que la solubilidad siempre representa una solución saturada, una que contiene la cantidad máxima de soluto que se disolverá en un solvente a una temperatura o presión particular; la solubilidad de un soluto en un disolvente depende del estado tanto del soluto como del disolvente. Por esta razón, la solubilidad a menudo se expresa a una temperatura y presión especificadas.