Las enzimas son compuestos basados en proteínas que facilitan reacciones químicas específicas en organismos vivos. Las enzimas también se pueden usar en contextos médicos e industriales. La elaboración de pan, la fabricación de queso y la elaboración de cerveza dependen de la actividad de las enzimas, y las enzimas pueden inhibirse si su entorno es demasiado ácido o demasiado básico.
¿Cómo afecta el pH a las enzimas?
Un entorno de pH tiene un efecto significativo en las enzimas. Puede afectar las fuerzas intramoleculares y cambiar la forma de la enzima, potencialmente hasta el punto en que se vuelve ineficaz. Con estos efectos en mente, las enzimas típicas tienen un rango de pH en el que funcionan de manera óptima. Por ejemplo, la alfa amilasa, que se encuentra en la boca, opera más eficazmente cerca de un pH neutro. Sin embargo, las lipasas funcionan mejor a niveles de pH más básicos. Los sistemas de amortiguación incorporados en la mayoría de los organismos evitan que los niveles de pH lleguen al punto donde las enzimas esenciales se vuelven ineficaces. Si una enzima se vuelve ineficaz por el nivel de pH, el ajuste del pH puede hacer que la enzima vuelva a ser efectiva.