1. Relaciones evolutivas: Al comparar las secuencias de genes o genomas, los científicos pueden reconstruir la historia evolutiva de los organismos. Esto les permite comprender cómo están relacionadas diferentes especies y cómo han evolucionado con el tiempo.
2. Función del gen: La secuencia de un gen puede proporcionar pistas sobre su función. Por ejemplo, los científicos pueden identificar regiones conservadas dentro de un gen que son importantes para su actividad. También pueden usar datos de secuencia para predecir la proteína que codifica un gen y su papel potencial en la célula.
3. Variación individual: Las secuencias de nucleótidos pueden variar entre los individuos, lo que lleva a diferencias genéticas. Los científicos pueden usar esta variación para identificar marcadores genéticos, diagnosticar enfermedades y personalizar la medicina. Por ejemplo, las mutaciones en genes específicos pueden asociarse con ciertas enfermedades, y las pruebas genéticas pueden usarse para predecir el riesgo de un individuo de desarrollar esas enfermedades.