* Organización celular: Ambos tipos de organismos están formados por células, la unidad básica de la vida.
* Metabolismo: Llevan a cabo los procesos químicos necesarios para la vida, incluida la toma de nutrientes, la conversión de energía y la eliminación de los desechos.
* homeostasis: Mantienen un entorno interno estable a pesar de los cambios externos.
* Crecimiento y desarrollo: Aumentan en tamaño y complejidad con el tiempo.
* Reproducción: Producen nuevas personas para garantizar la continuación de su especie.
* Respuesta a los estímulos: Reaccionan a los cambios en su entorno, como la luz, la temperatura o las señales químicas.
* Adaptación: Han evolucionado rasgos que los ayudan a sobrevivir y reproducirse en su entorno específico.
Si bien estas son características compartidas, existen diferencias significativas en la forma en que estas funciones se llevan a cabo en organismos unicelulares y multicelulares. Por ejemplo:
* Organismos de una sola célula: Una sola celda realiza todas las funciones necesarias para la vida. Confían en la difusión simple para el intercambio de nutrientes y desechos.
* Organismos multicelulares: Las células son especializadas y trabajan juntas en tejidos, órganos y sistemas de órganos para realizar funciones complejas. Tienen sistemas especializados para la absorción de nutrientes, la eliminación de residuos y la comunicación.
Es importante recordar que ambos tipos de organismos son increíblemente diversos, y hay excepciones a estas reglas generales. Sin embargo, estos rasgos compartidos destacan las similitudes fundamentales que unen a todos los seres vivos.