La selección natural está impulsada por tres factores principales:
* Variación: Debe haber variación en los rasgos de una población. Esta variación puede ser causada por mutaciones genéticas, que son cambios aleatorios en el ADN.
* Selección: Algunos individuos de una población deben tener ventaja sobre otros en términos de supervivencia y reproducción. Esto puede deberse a una variedad de factores, como un mejor camuflaje, mayor fuerza o mayor resistencia a las enfermedades.
* Herencia: Los rasgos que dan una ventaja a los individuos deben ser heredables. Esto significa que deben transmitirse de padres a hijos.
Con el tiempo, la selección natural puede provocar cambios significativos en los rasgos de una población. Por ejemplo, una población de conejos que vive en un ambiente nevado puede evolucionar hasta tener un pelaje blanco, lo que los hace menos visibles para los depredadores. Una población de insectos que vive en un ambiente cálido puede evolucionar para tener alas más grandes, lo que les ayuda a volar de manera más eficiente.
La selección natural es el mecanismo más importante de cambio evolutivo. Es responsable de la diversidad de la vida en la Tierra y del cambio constante en los rasgos de las poblaciones a lo largo del tiempo.