Una de las leyes clave que rigen la gestión del mero mordaza es la Ley de Gestión y Conservación Pesquera (MSA) Magnuson-Stevens. La MSA establece un marco para la gestión de la pesca marina en aguas federales y requiere el desarrollo de planes de gestión con base científica para cada pesquería. El plan de gestión del mero mordaza incluye una serie de medidas diseñadas para reducir la presión pesquera y proteger la especie, como límites de tamaño, límites de captura y vedas estacionales.
A pesar de estas medidas de gestión, la situación de las poblaciones de mero mordaza sigue siendo incierta. Algunas evaluaciones indican que las poblaciones se están recuperando, mientras que otras sugieren que todavía están disminuyendo. La abundancia de mero mordaza varía significativamente de una región a otra, y es posible que a algunas poblaciones les vaya mejor que a otras.
Uno de los desafíos en el manejo del mero mordaza es que es una especie de crecimiento relativamente lento. Esto significa que la población tardará mucho en recuperarse de la sobrepesca. Además, el mero mordaza suele ser capturado como captura incidental en otras pesquerías, lo que puede contribuir a la disminución de su población.
En general, es probable que las leyes pesqueras y las medidas de gestión actuales ayuden a proteger las poblaciones de mero mordaza, pero aún se puede hacer más para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. El monitoreo continuo de la población, combinado con estrategias de manejo adaptativo, será crucial para garantizar el éxito de los esfuerzos de conservación del mero mordaza.