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    Los muertos vivientes pensantes:cómo las bacterias latentes calculan su regreso a la vida
    Las esporas bacterianas latentes utilizan procesos intrincados para discernir las condiciones óptimas para su reactivación, como la presencia de nutrientes y humedad. Estas células latentes "pensantes" son expertas en calcular su regreso a la vida mediante la evaluación de diversas señales ambientales.

    1. Detectar señales ambientales:

    Las esporas latentes contienen notables proteínas sensoriales y receptores capaces de detectar cambios en el entorno circundante. Estos sensores pueden percibir cambios en la temperatura, los niveles de humedad, la disponibilidad de nutrientes y sustancias químicas específicas. Al monitorear estas señales, las esporas latentes recopilan información crucial sobre las condiciones externas.

    2. Programación genética:

    Las esporas latentes albergan genes específicos que dictan su respuesta a señales ambientales. Estos genes reguladores controlan la expresión de otros genes esenciales para la germinación, el crecimiento y el metabolismo de las esporas. Cuando se cumplen ciertas condiciones, estos genes se activan, iniciando el proceso de reactivación.

    3. Integración de señales y umbrales:

    Las proteínas y receptores sensoriales convierten las señales ambientales en respuestas celulares mensurables. Luego, estas respuestas se integran dentro de la espora inactiva, lo que le permite determinar si las condiciones son adecuadas para la germinación. Dependiendo de la especie bacteriana, se deben alcanzar umbrales específicos para cada señal antes de que se inicie la germinación de las esporas.

    4. Detección de nutrientes y quimiotaxis:

    La disponibilidad de nutrientes es un factor crucial para determinar la germinación de las esporas. Las esporas latentes pueden detectar gradientes químicos, como los formados por sustancias ricas en nutrientes, y moverse hacia ellos mediante quimiotaxis. Este comportamiento permite que las células inactivas ubiquen entornos más propicios para su reactivación y crecimiento.

    5. Comunicación y detección de quórum:

    Ciertas especies de esporas inactivas se comunican mediante señalización intercelular, también conocida como detección de quórum. Producen y detectan señales químicas llamadas autoinductores. Cuando se alcanza una concentración específica de moléculas autoinductoras, se logra un quórum, lo que desencadena cambios fisiológicos, incluida la germinación de esporas.

    6. Estocasticidad y heterogeneidad poblacional:

    Es importante señalar que las poblaciones de esporas latentes muestran diversidad en su respuesta a las señales ambientales. Esta diversidad asegura que algunas esporas germinen mientras que otras permanezcan latentes, aumentando las posibilidades de supervivencia en diferentes condiciones.

    Al integrar señales ambientales, programación genética y comunicación entre células, las bacterias inactivas participan en sofisticados procesos de toma de decisiones para calcular el momento óptimo para su resurrección. Esto les permite adaptarse y prosperar en entornos diversos e impredecibles. Comprender la intrincada biología detrás de las estrategias de reactivación de las bacterias inactivas puede ser fundamental para desarrollar enfoques antimicrobianos innovadores y explorar aplicaciones potenciales en biotecnología, remediación ambiental y medicina.

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