1. Producción mejorada de precursores de JA:
La deficiencia de P puede provocar un aumento de los niveles de precursores del JA, como el ácido linolénico y el ácido alfa-linolénico. Estos precursores son esenciales para la biosíntesis de JA y su acumulación en condiciones deficientes de P proporciona los componentes básicos necesarios para la producción de JA.
2. Inducción de genes de biosíntesis de JA:
La deficiencia de P desencadena la expresión de genes implicados en la biosíntesis de JA, como la lipoxigenasa (LOX) y la alenoóxido sintasa (AOS). Estos genes codifican enzimas que catalizan la conversión de precursores de JA en JA. La regulación positiva de estos genes conduce a una mayor producción de JA en plantas en condiciones de deficiencia de P.
3. Degradación de JA reducida:
La deficiencia de P también puede disminuir la actividad de las enzimas responsables de la degradación del JA, como la JA carboxil metiltransferasa (JMT) y la JA-hidrolasas conjugadas de aminoácidos (JAR). Esta degradación reducida permite que JA se acumule y permanezca activo en los tejidos vegetales, mejorando la señalización de JA.
4. Diafonía con otras vías de señalización:
La deficiencia de P puede inducir una interacción entre la señalización de JA y otras vías hormonales, como la señalización de etileno y ácido salicílico (SA). Esta interacción puede conducir a la regulación sinérgica de varios procesos fisiológicos y mejorar aún más las respuestas de JA en condiciones de deficiencia de P.
5. Actividad mejorada del receptor JA:
La deficiencia de P también puede afectar la actividad y expresión de los receptores JA, como el receptor CORONATINE INSENSITIVE 1 (COI1). Este receptor es crucial para la percepción de JA y la señalización posterior. En condiciones de deficiencia de P, la actividad de COI1 puede aumentar, lo que lleva a una mayor sensibilidad a JA y a una potenciación de la señalización de JA.
La señalización mejorada de JA en condiciones de deficiencia de P ayuda a las plantas a adaptarse y responder al estrés de los nutrientes. Puede desencadenar varios cambios fisiológicos, incluida la promoción del crecimiento de las raíces, la alteración de la arquitectura de las raíces, la modulación de la absorción de nutrientes y la inducción de respuestas de defensa. Estos cambios ayudan a las plantas a hacer frente a la deficiencia de P y optimizar la asignación de recursos para garantizar la supervivencia y el éxito reproductivo en condiciones difíciles.