El número de extremidades que tiene un organismo marino no necesariamente determina cómo nada. Por ejemplo, los peces tienen pares de aletas que usan para impulsarse a través del agua, mientras que las ballenas y los delfines tienen aletas que usan para impulsarse hacia adelante. Algunos organismos marinos, como las tortugas marinas, utilizan sus extremidades para remar en el agua.
Algunos organismos marinos tienen adaptaciones especiales que les ayudan a nadar de forma más eficiente. Por ejemplo, los delfines tienen una forma corporal aerodinámica que reduce la resistencia, y los atunes tienen una serie de quillas en el cuerpo que ayudan a estabilizarlos mientras nadan.
La capacidad de nadar es esencial para muchos organismos marinos. Les permite encontrar comida, evitar depredadores y viajar a nuevos lugares.