Microbios antiguos encontrados atrapados en rocas australianas de 1.890 millones de años ayudan a desentrañar una de las transiciones evolutivas más importantes:cómo los organismos unicelulares se transformaron en animales, plantas y hongos. Sus complejas paredes celulares indican que los ancestros eucariotas ya estaban evolucionando y prosperando en diferentes ambientes durante esos tiempos. Los microfósiles muestran que los primeros eucariotas se diversificaron a lo largo de 300 millones de años.