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Desde el COVID hasta la viruela del simio, los virus zoonóticos son una amenaza constante. Pero, ¿cómo saltan las enfermedades entre los animales y los humanos? Preguntamos a nuestra experta María José Ruiz-López.
Algunas de las enfermedades más mortales a las que nos enfrentamos, incluidos el VIH, el SARS, el ébola, el zika y el SARS-CoV-2, son causadas por virus que se sabe que saltan de una especie a otra. Conocidas como enfermedades zoonóticas, parecen aparecer con bastante frecuencia, como sugiere la creciente lista de brotes. Pero, ¿cómo es que las enfermedades saltan de una especie a otra? ¿Y por qué no sucede todo el tiempo?
“En primer lugar, tiene que haber proximidad”, explica Ruiz-López, ecologista molecular de la Estación Biológica de Doñana en España. "Entonces, los niveles del virus deben ser lo suficientemente altos como para transmitirse al otro animal o a la persona", agrega.
Si se cumplen estos pasos, el virus necesita las herramientas adecuadas para secuestrar las células huésped y replicarse. Las partículas virales deben poder unirse a los receptores en el siguiente huésped, dice Ruiz-López, "como la llave de una puerta".
Para completar el salto, el huésped humano tiene que producir suficientes partículas virales para transmitir la enfermedad a otro ser humano. “Tiene que ser eficiente y altamente transmisible para poder causar un brote masivo como el COVID”, remarca Ruiz-López.
Pero la nueva enfermedad no debe ser demasiado letal en humanos, o matará al huésped antes de que pueda producir suficiente virus para transmitir la enfermedad. La necesidad de que todos estos factores se unan es la razón por la que las pandemias no ocurren con más frecuencia.
Globalización y propagación de nuevas enfermedades
“Los saltos de virus de una especie a otra no son tan raros”, dice Ruiz-López. "Pero deben cumplir ciertas condiciones que les permitan replicarse, vivir y transmitirse en la nueva especie huésped. Y esa es la parte difícil", explica.
Sin embargo, los factores humanos aumentan el riesgo de futuros brotes zoonóticos. Las cadenas de suministro globales, la fragmentación del hábitat y la degradación de los bosques, los cambios en el uso de la tierra y el cambio climático aumentan los riesgos de que las zoonosis se propaguen a las poblaciones humanas.
En el proyecto TransWNV, que contó con el apoyo del programa Marie Skłodowska-Curie Actions, Ruiz-López investigó el virus del Nilo Occidental, que se ha propagado por gran parte de Europa en los últimos años. Este patógeno está presente de forma natural en las aves, pero puede propagarse a otros animales como los caballos, a menudo a través de las picaduras de mosquitos. Descubrió que tanto las codornices como las tórtolas europeas eran portadoras asintomáticas de la enfermedad, mientras que los gorriones tenían más probabilidades de morir a causa de ella.
Esta investigación ayuda con la vigilancia de futuros brotes. "Si conoce la ecología del virus que se transmite, puede actuar para prevenir la próxima pandemia", comenta. En TransWNV, el objetivo era comprender los factores ambientales que impulsan la transmisión del virus del Nilo Occidental, a fin de predecir dónde podría propagarse a continuación.
Ruiz-López agrega que hay otro factor muy específico de los humanos que ayuda a la propagación de zoonosis, que puede ser difícil de detener:cuánto nos gusta viajar. "Nos movemos mucho", dice Ruiz-López. "Realmente nos movemos mucho". La era de los brotes:los expertos advierten sobre más amenazas de enfermedades animales