El cuerpo humano consiste en sistemas organizados que funcionan para mantener la vida. Cada sistema es una parte contenida del cuerpo, pero estos sistemas dependen uno del otro para asegurarse de que el cuerpo sea capaz de realizar acciones tales como movimiento, pensamiento y respiración. Aunque cada sistema interactúa con el otro, tienen distintas funciones que los hacen específicos.
Sistema digestivo
El sistema digestivo consiste en el esófago, el estómago y el intestino grueso y delgado. También involucra la vesícula biliar y el páncreas, que liberan las enzimas necesarias para descomponer los alimentos.
Sistema respiratorio
El sistema respiratorio es responsable del intercambio de oxígeno. Los pulmones intercambian el dióxido de carbono transportado en las venas con el oxígeno de la respiración. El sistema respiratorio funciona directamente con el sistema circulatorio.
Sistema circulatorio
El sistema circulatorio contiene el corazón y los vasos sanguíneos que transportan oxígeno y nutrientes a los tejidos del cuerpo. El corazón es el principal caballo de batalla para el sistema circulatorio. Mantiene la presión sanguínea en los capilares para que los tejidos reciban suficiente oxígeno para mantener las células vivas.
Sistema muscular y esquelético
El esqueleto consiste en huesos que le dan estructura y soporte al cuerpo. La médula ósea también es responsable de la creación de glóbulos blancos y rojos. Los músculos conectados a los huesos dan soporte al cuerpo y permiten el movimiento al recibir señales del cerebro.
Sistema Nervioso
El sistema nervioso es responsable de la comunicación del cerebro a los órganos. El cerebro es el componente central que envía impulsos eléctricos a cada parte del cuerpo. Cada sensación, movimiento y pensamiento es derivado y controlado por el sistema nervioso.