Las células están llenas de orgánulos, pequeñas estructuras ocupadas que realizan trabajos específicos dentro de la célula. Algunos orgánulos son similares en todos los organismos multicelulares, pero una estructura celular que se encuentra casi exclusivamente en células animales es el centríolo. Es una pequeña estructura cilíndrica que se asemeja a un trozo de caramelo de regaliz Twizzler, un tubo hueco formado por tubos más pequeños (los centriolos están formados por una proteína llamada tubulina). Los centríolos son útiles cuando una célula se duplica a través del proceso de mitosis.
Los centriolos de una célula están alojados en el centrosoma, que es básicamente una masa de proteínas donde cuelgan los centriolos, pero que también tiene su propio papel en la división celular. Todas las células animales tienen dos centríolos, una madre y un par de hijas, que están colocados en ángulos rectos entre sí.
La división celular es un asunto complicado:todos y cada uno de los aspectos de la célula deben reproducirse a la perfección, y dado que los centriolos juegan un papel tan importante en esta duplicación, ellos se duplican primero. Una vez que los dos centriolos se convierten en cuatro (y el centrosoma único se replica a sí mismo), el resto de la celda está lista para dividirse. Los centriolos comienzan a migrar alejándose unos de otros hacia los extremos opuestos de la célula, como husos que arrojan túbulos en forma de hilo detrás de ellos mientras viajan. Los centrosomas tienen todas las proteínas necesarias para formar los hilos de los microtúbulos, y después, cuando los cromosomas de la célula se duplican, siguen los hilos dejados por los centriolos hasta sus nuevas celdas, en parte bajo la dirección de los centrosomas.