1. Aguas poco profundas:
* Si la profundidad del agua es demasiado superficial, las olas no pueden desarrollarse completamente.
* La energía de la onda se transfiere al fondo, disipando antes de alcanzar una gran amplitud.
* Esto es común en las zonas costeras o los lagos.
2. Breve duración:
* Una tormenta que dura solo un corto tiempo puede no generar suficiente energía para crear grandes olas.
* El viento debe soplar consistentemente durante un período prolongado para acumular la altura de las ondas.
3. Viento débil:
* Obviamente, si el viento es débil, no generará ondas significativas.
* El viento debe tener suficiente resistencia y duración para acumular energía de las olas.
4. Estado de mar tranquilo:
* Si el mar ya está tranquilo, incluso una tormenta fuerte puede no producir grandes olas inicialmente.
* Las olas necesitan una energía inicial de "semilla" para construir.
5. Ubicación de la tormenta:
* La ubicación de la tormenta en relación con la costa es importante.
* Si la tormenta está lejos del mar, las olas pueden tener una larga distancia (distancia) para viajar antes de llegar a la costa.
* Esto puede disipar su energía.
6. Barreras protectoras:
* Las barreras naturales o hechas por el hombre, como los arrecifes o los rompeolas, pueden amortiguar el impacto de las olas y evitar que alcancen una altura significativa.
7. Condiciones de tormenta inusuales:
* Ciertas condiciones de tormenta, como una tormenta en rápido movimiento o una tormenta con un campo de viento estrecho, pueden no crear la energía de onda sostenida necesaria para grandes olas.
En resumen:
La energía de las ondas producidas por una tormenta depende de factores como la resistencia al viento y la duración, la profundidad del agua y la distancia de la tormenta. Si bien una tormenta a menudo se asocia con olas grandes y poderosas, bajo ciertas condiciones, puede no generar ondas de alta energía.