* Tierra: El ejemplo más obvio. Tenemos un núcleo de hierro y níquel, un manto de roca de silicato y una corteza de elementos más ligeros.
* Marte: Tiene un núcleo, manto y corteza, aunque la composición y la estructura exactos están menos comprendidas que la de la Tierra.
* Venus: También tiene un núcleo, manto y corteza.
* Mercurio: Tiene un gran núcleo de hierro, un manto delgado y una corteza.
* la luna: Posee un núcleo pequeño y sólido, un manto y una corteza.
Si bien es menos seguro, es probable que la diferenciación haya sucedido en:
* io (la luna de Júpiter): La actividad volcánica sugiere un interior parcialmente fundido y cierto nivel de diferenciación.
* europa (luna de Júpiter): Su superficie helada y su potencial océano subsuperficial apuntan a una posibilidad de diferenciación.
* titan (la luna de Saturno): Una atmósfera gruesa y un posible calor interno podrían haber llevado a la diferenciación.
Es importante recordar que nuestro conocimiento de los interiores planetarios se basa en gran medida en evidencia y modelos indirectos. Las observaciones directas son limitadas, especialmente para planetas y lunas más allá de la Tierra.