* planetas exteriores (gigantes de gas): Estos son Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Están compuestos principalmente de gas (principalmente hidrógeno y helio), con cantidades más pequeñas de roca y hielo. Si bien son masivos, su densidad es en realidad bastante baja. Esto se debe a que su gas se extiende en un gran volumen.
* Planetas más pequeños (planetas terrestres): Estos incluyen Mercurio, Venus, Tierra y Marte. Están compuestos principalmente de roca y metal, lo que los hace mucho más densos que los gigantes de gas.
Entonces, en general, los planetas rocosos más pequeños son más densos que los gigantes de gas más grandes.
Sin embargo, hay algunas excepciones:
* La densidad varía dentro de los planetas: Incluso dentro de un solo planeta, la densidad puede variar. Por ejemplo, el núcleo de la Tierra es increíblemente denso debido a su composición de hierro y níquel.
* densidad y tamaño no siempre están directamente relacionados: Si bien el tamaño puede ser un factor, la composición de un planeta tiene una influencia mucho mayor en su densidad.
Aquí hay una forma útil de pensarlo: Imagina un globo gigante lleno de aire. El aire es ligero, pero el globo es enorme. Ahora imagina una roca pequeña y sólida. La roca es mucho más pequeña pero más densa porque está hecha de material sólido. El mismo concepto se aplica a los planetas.