He aquí por qué:
* Los cuerpos celestes no emiten su propia luz. Reflejan la luz de una fuente, típicamente una estrella como nuestro sol.
* La luz reflejada es lo que vemos. Cuando miramos la luna, estamos viendo la luz del sol que ha rebotado en su superficie.
* El color y el brillo de la luz reflejada dependen de la composición y las propiedades de la superficie del cuerpo celestial. Por ejemplo, la luna parece gris pálido porque su superficie refleja la mayoría de las longitudes de onda de la luz por igual. Venus parece blanco brillante porque su atmósfera espesa refleja la luz solar de manera muy eficiente.
Entonces, aunque a menudo hablamos de "luz reflejada", el término "luz" en sí mismo describe con precisión el fenómeno que vemos.