* La masa es la clave: Los agujeros negros se forman cuando una estrella masiva se derrumba bajo su propia gravedad. La estrella debe ser al menos varias veces la masa de nuestro sol. Júpiter es mucho más pequeño que nuestro sol, aproximadamente 1/1000 de su masa.
* No hay suficiente gravedad: Júpiter no tiene la inmensa atracción gravitacional necesaria para colapsar en un agujero negro. Incluso si de alguna manera explotara, el material resultante se dispersaría hacia afuera en lugar de colapsar hacia adentro.
* Posibles resultados: Si Júpiter explotara de alguna manera, el resultado más probable sería una nube masiva de gas y polvo, extendiéndose hacia afuera a través del sistema solar. Esto probablemente causaría una interrupción significativa en las órbitas de otros planetas, pero no a la creación de un agujero negro.
Es importante tener en cuenta que la explosión de Júpiter es muy poco probable en primer lugar. Es un gigante de gas, no una estrella, y no tiene las condiciones internas para sufrir una explosión similar a una supernova.