Las estrellas supergigantes más masivas, aquellas con masas iniciales superiores a unas 100 masas solares, tienen la esperanza de vida más corta. Evolucionan rápidamente y pueden explotar como supernovas en unos pocos millones de años. Las estrellas supergigantes menos masivas, con masas iniciales de alrededor de 10 masas solares, pueden tener una vida útil de hasta unos pocos cientos de millones de años.
La metalicidad de una estrella supergigante también influye en su vida útil. La metalicidad se refiere a la abundancia de elementos más pesados que el helio en la estrella. Las estrellas supergigantes con mayor metalicidad tienden a tener una vida útil más corta que aquellas con menor metalicidad. Esto se debe a que los metales actúan como catalizadores de reacciones de fusión nuclear en las estrellas, lo que hace que quemen su combustible más rápidamente.
Las estrellas supergigantes son importantes porque desempeñan un papel importante en la evolución del universo. Producen elementos pesados mediante nucleosíntesis y enriquecen el medio interestelar con estos elementos cuando explotan como supernovas. Las estrellas supergigantes también ayudan a regular el proceso de formación estelar al crear burbujas de gas caliente que pueden impedir la formación de nuevas estrellas.