El Sol se formó en el centro del disco y los planetas se formaron a partir del gas y el polvo restantes. A medida que los planetas se formaron, comenzaron a orbitar alrededor del Sol en la misma dirección en la que giraba el disco. Es por eso que todos los planetas de nuestro sistema solar orbitan alrededor del Sol en la misma dirección.
La forma de disco de la nebulosa solar también se refleja en la inclinación de los ejes de los planetas. Todos los ejes de los planetas están inclinados porque el disco de gas y polvo que los formó no estaba perfectamente alineado con el eje de rotación del Sol.
Los movimientos del Sol y los planetas son un testimonio de la forma de disco de la nebulosa solar a partir de la cual se formaron. Esta forma de disco es una propiedad fundamental de nuestro sistema solar y ha tenido un profundo impacto en su historia y evolución.