1. Cambio de viento :A medida que se pone el sol, los patrones del viento a menudo cambian y se vuelven más tranquilos. Esto puede reducir la sensación térmica y hacer que el aire se sienta más agradable, dando la impresión de un aumento de temperatura.
2. Factores humanos :Nuestra percepción de la temperatura puede ser subjetiva y varios factores físicos pueden influir en cómo nos sentimos. Por ejemplo, a medida que se pone el sol, hay una disminución en la intensidad de la luz, lo que puede hacer que nuestros cuerpos trabajen más para mantener la temperatura interna, lo que lleva a una percepción de calor.
3. Adaptación del cuerpo :Nuestros cuerpos experimentan naturalmente fluctuaciones de temperatura a lo largo del día, con un pico al final de la tarde y un descenso al anochecer. Este ritmo diurno a veces puede dar lugar a una sensación subjetiva de mayor calor justo antes del anochecer, incluso si la temperatura real está disminuyendo.
4. Microclima :Los microclimas locales, como los espacios protegidos o cerrados, pueden retener el calor de manera más eficiente, haciéndolos sentir más cálidos durante los períodos de transición como el anochecer.
5. Humedad :Si el nivel de humedad es alto, disminuye la capacidad del cuerpo para enfriarse mediante la evaporación del sudor. Esto puede provocar una sensación de mayor calor, incluso si la temperatura no aumenta.
6. Efecto de contraste :El marcado contraste entre las cálidas temperaturas diurnas y el aire más fresco de la tarde puede crear una sensación de calidez durante el período de transición alrededor del anochecer.
Es importante tener en cuenta que los cambios de clima y temperatura pueden variar según la ubicación, la época del año y la percepción individual, por lo que la experiencia puede diferir de persona a persona y de lugar a lugar.