Azufre: Io es conocida por su extensa actividad volcánica y el azufre es un componente importante de sus emisiones volcánicas. El azufre forma depósitos coloridos en la superficie de la luna y contribuye a la apariencia única de Ío.
Oxígeno: El oxígeno está presente en Ío en forma de varios óxidos y es producto de procesos volcánicos e interacciones con la magnetosfera de Júpiter. El oxígeno participa en la formación de dióxido de azufre (SO2) y otros gases volcánicos.
Sodio: El sodio es un elemento relativamente abundante en Io y se encuentra en diversas sales y compuestos. Las erupciones volcánicas en Io liberan átomos e iones de sodio, que contribuyen a la tenue atmósfera de la luna e interactúan con el campo magnético de Júpiter.
Potasio: El potasio es otro elemento presente en Ío y está asociado con la actividad volcánica. Se encuentra en minerales ricos en potasio y columnas volcánicas, y su presencia está relacionada con la composición interna de la luna y los procesos geológicos en curso.
Cloro: El cloro es un elemento volátil que está presente en los gases volcánicos y los depósitos volcánicos de Io. Participa en la formación de varios compuestos de cloruro y contribuye a la composición general de la superficie y la atmósfera de la luna.
Además de estos elementos comunes, Io puede contener trazas de otros elementos, pero su abundancia es relativamente baja en comparación con los elementos mencionados anteriormente. La composición y distribución de estos elementos en Ío proporciona información valiosa sobre la actividad geológica, la estructura interna y las interacciones de la luna con su entorno dentro del sistema de Júpiter.