Las nubes no limpian directamente el agua que evaporan, el proceso de purificación ocurre durante la precipitación. Durante las precipitaciones, como lluvia o nieve, las gotas de agua crecen al chocar y combinarse con otras gotas y partículas en el aire. Al hacerlo, eliminan los contaminantes, el polvo y otras partículas y filtran eficazmente el agua.