2. Interrupción de los servicios: Los terremotos pueden provocar una interrupción generalizada de los servicios hospitalarios esenciales, incluida la respuesta de emergencia, la atención al paciente y el acceso a suministros médicos. Esto puede provocar retrasos en el tratamiento, disminución de la calidad de la atención y mayor riesgo de infecciones y complicaciones para los pacientes. La interrupción de los servicios también puede obstaculizar la capacidad de los hospitales para manejar la afluencia de pacientes heridos después de un terremoto.
3. Escasez de recursos: Los terremotos pueden crear una demanda repentina y masiva de recursos médicos, que puede exceder la capacidad de los hospitales y centros de atención médica. Esto puede provocar escasez de suministros médicos, medicamentos y equipos, así como personal insuficiente para atender la afluencia de pacientes.
4. Hacinamiento: Después de un terremoto, los hospitales pueden llenarse de pacientes heridos, lo que podría abrumar al personal y los recursos. Esto puede provocar tiempos de espera más largos para el tratamiento, comprometer la atención del paciente y un mayor riesgo de infección cruzada. El hacinamiento también plantea desafíos para mantener una higiene y saneamiento adecuados, lo que afecta las medidas de control de infecciones.
5. Pérdida de profesionales sanitarios: Los terremotos pueden causar víctimas entre los profesionales de la salud, quienes pueden sufrir lesiones o quedar atrapados en edificios dañados. Esta pérdida de personal calificado puede sobrecargar aún más las capacidades hospitalarias y reducir la disponibilidad de experiencia crítica.
6. Desafíos del transporte: Los terremotos pueden alterar las redes de transporte, dificultando que los pacientes, los trabajadores de la salud y los suministros médicos lleguen a los hospitales. Esto puede empeorar el impacto del terremoto al retrasar el acceso a la atención y obstaculizar los esfuerzos de socorro.
7. Fallo de comunicación: Los terremotos pueden alterar los sistemas de comunicación, dificultando la coordinación y comunicación entre hospitales, servicios de emergencia y otras organizaciones de ayuda. Esto puede obstaculizar una respuesta eficaz a los desastres y afectar la capacidad de brindar atención médica oportuna y adecuada.
Al aprender del impacto de terremotos pasados, como las recientes secuencias del terremoto de Turquía de 2023, los sistemas de salud y los hospitales pueden tomar medidas proactivas para prepararse y mitigar los efectos de los terremotos, garantizando la continuidad de la atención y mejores resultados para los pacientes. Esto incluye desarrollar planes de preparación para desastres, garantizar la seguridad estructural, capacitar al personal para la respuesta de emergencia y establecer asociaciones para compartir recursos y ayuda mutua.