Utilizando el Telescopio Espacial Hubble y el Telescopio Espacial Spitzer, los astrónomos intentarán detectar cualquier residuo dejado por ISON a su paso dentro de 730.000 millas de la superficie del sol. Están particularmente interesados en encontrar fragmentos que puedan haber sobrevivido al intenso calor y radiación de la corona solar.
La búsqueda de restos de ISON es importante porque se considera que los cometas son bloques de construcción primitivos del sistema solar. Al estudiar la composición y estructura de ISON, los científicos esperan aprender más sobre la historia temprana del sistema solar y la formación de planetas y lunas.
Los cometas están formados por hielo y polvo y se originan en el cinturón de Kuiper y la nube de Oort, dos regiones más allá de la órbita de Neptuno. Cuando un cometa se acerca al sol, el calor del sol hace que el hielo se vaporice y el polvo se aleje del núcleo, creando una cola.
ISON fue descubierto en 2012 y se esperaba que fuera uno de los cometas más brillantes visibles en el cielo nocturno en décadas. Sin embargo, a medida que se acercaba al sol, comenzó a desintegrarse y ahora se cree que se ha roto por completo.
La búsqueda de los restos de ISON es una tarea desafiante, pero importante. Al estudiar los restos del cometa, los científicos esperan aprender más sobre la historia del sistema solar y la naturaleza de los cometas.